Exp.: 4457-S-2008
Fecha: 10/02/09
EXCENCION DEL IMPUESTO AL VALOR AGREGADO A LOS PRODUCTOS
DE LA CANASTA FAMILIAR
ARTICULO 1º: Modifícase la Ley de Impuesto al Valor Agregado, texto ordenado en
1997 y su modificatoria, incorporando en el Titulo II (Exenciones), artículo 7, el siguiente
inciso agregado a continuación del inciso g) :
“ …) La venta a consumidor final de los siguientes productos:
1 - Carnes de las especies de ganados bovinos, ovinos, camélidos y caprinos, animales de
corral y pesacados, frescos, refrigerados o congelados que no hayan sido sometidos a procesos
que impliquen una verdadera cocción o elaboración que los constituya en un preparado del
producto
2-. Frutas, legumbres y hortalizas, frescas, refrigeradas o congeladas, que no hayan sido
sometidas a procesos que impliquen una verdadera cocción o elaboración que los constituya en
un preparado del producto.
3- Granos y legumbres secas
.4- Harina de trigo
5 -Pastas alimenticias
6 . -galletas, facturas de panadería y/o pastelería y galletitas y bizcochos.
7 - Aceites comestibles conforme a la definición establecida en el artículo 520 del Código
Alimentario Nacional
8 - Café, yerba mate y te”
ARTICULO 2º: Se encomienda al Poder Ejecutivo Nacional que, a través de la Secretaría
de Comercio Interior, establezca un sistema de información y monitoreo de forma de
garantizar que las exenciones incorporadas por el artículo anterior tenga un reflejo
inmediato en la disminución de los precios de venta al público de dichos productos.
ARTICULO 2º: De forma
FUNDAMENTOS
La economía capitalista internacional se encuentra atravesando la crisis más grave
de los últimos setenta años. Esta crisis tiene su origen en el sistema financiero y ha sido a
como consecuencia de los excesos cometidos en los mercados de derivados financieros,
especialmente el de hipotecas en los Estados Unidos, que desencadenó un colapso de los
créditos hipotecarios en ese país a mediados del año 2007
En nuestro país, como en todos los países emergentes, se presenta un sombrío
panorama ante esta crisis internacional. El gobierno en primer momento ensayó el discurso
que nuestra economía no se vería afectada por la situación. Así vemos que, a pesar de estar
ya avanzada la misma, no tomó en cuenta este escenario para la formulación del
presupuesto y se negó a discutir sobre bases reales.
Lejos de estar blindada, la economía argentina presenta un grado importantísimo de
fragilidad que la convierte en muy vulnerable frente a esta crisis internacional. Como lo
advirtiéramos en numerosos oportunidades, el Gobierno no aprovechó la bonanza de un
lustro para desarrollar una política económica que siente las bases de un desarrollo
económico y social equitativo y sustentable en el tiempo, sino que por el contrario
profundizó una esquema de ingresos y gastos públicos que cristalizó una estructura
productiva poco diversificada y concentrada y una injusta distribución del ingreso
A medida que la crisis avanzaba y se hacía evidente el impacto en nuestra
economía, el Gobierno ensayó una batería de medidas algunas de las cuales resultan
inaceptables, otras inconducentes a la consecución del objetivo de superar la crisis y otras
inoportunas. El gobierno nacional toma medidas aisladas, que pueden tener mayor o menor
efectividad (y en algunos casos ir hasta en el sentido contrario), pero carece de un plan
económico integral que permita la superación de esta crisis internacional sin hacer recaer su
costo sobre los sectores más vulnerables de la sociedad.
El Gobierno Nacional cae en las limitaciones que ha ido generando en los últimos
años. Ante las perspectivas de una reversión del ciclo económico, es el momento de aplicar
una política anticíclica, expansiva que garantice el nivel de actividad, empleo e ingreso de
la población. Sin embargo, el sostenimiento de un sistema tributario regresivo y
fuertemente centralizado, lo limitan en dicha posibilidad. Los sistemas tributarios cuanto
más profundos son (es decir mayor capacidad de recaudación tienen) y más progresivos
son, resultan una mejor herramienta anticíclica ya que permiten amortiguar y dan más
márgenes de maniobras para afrontar los períodos críticos. Por el contrario, nuestro sistema
tributario resulta fuertemente regresivo (pues se apoya centralmente en impuestos al
consumo) y tiene escasa suficiencia recaudatoria, con lo cual es sumamente rígido y poco
adaptable a los ciclos.
A lo largo de estos años el Gobierno Nacional, en períodos expansivos fue
profundizando la regresividad del sistema tributario y centralizándolo fuertemente. Esto le
permitió obtener cuantiosos superávits fiscales, a costa centralmente de las finanzas
provinciales y municipales que fueron deteriorándose mientras resignaban recursos a favor
de la Nación. Estos superávits no fueron derivados a los fondos anticíclicos establecidos y
que prolijamente fueron suspendidos año a año en las respectivas leyes de presupuesto;
sino que fueron destinados a la cancelación deuda pública y /o alimentando fondos
fiduciarios o especiales de administración más discrecional. Hoy el gobierno debe recurrir a
medidas extraordinarias para hacerse de fondos fiscales (apropiación de fondos de las
jubilaciones, disponibilidad de reservas del banco central, moratoria impositiva, blanqueo
de capitales, etc.), cuando podía haber contado con un fondo anticíclico suficiente para
efectuar política activa, sin resentir otras funciones estatales.
Ante esta situación se agudizan los conflictos y afloran con mayor crudeza las
debilidades del modelo. Frente a esta realidad, se torna urgente contar con elementos de
análisis que permitan evaluar la profundidad que tendrá el impacto de esta crisis en nuestro
país, para diseñar las distintas perspectivas económicas que a corto, mediano y largo plazo
se abren frente a ella
. Un aspecto importantísimo es el de la imperiosa necesidad de garantizar el ingreso
de los sectores asalariados, de ingresos fijos, jubilados y pensionados así como de aquellos
que se encuentran en una situación económica de marginalidad y exclusión. La crisis los
afecta directamente y son los principales perjudicados, hecho que se traduce en los
aumentos que ya percibimos de los índices de desocupación y subocupación, pobreza e
indigencia.
El proyecto presentado es una herramienta que apunta a preservar el ingreso real de
este sector de la población, eximiendo del impuesto al Valor agregado a los productos de la
Canasta Básica Alimentaria y garantizando que dicha exención se traduzca en una efectiva
reducción de los precios de dichos alimentos.
Esta medida, amén de intentar preservar el ingreso de los sectores más afectados,
también es una herramienta que permitirá sostener la demanda interna motorizada por el
consumo de estos productos y la importante producción regional que se motoriza por estos
productos ayudando así a morigerar la disminución de la actividad económica prevista por
la crisis. Por otra parte, permitirá atenuar en parte la profunda regresividad de nuestro
sistema tributario sustentado fuertemente en los impuestos al consumo de los sectores de
bajos y medios ingresos.
Por las razones expuestas es que solicitamos la aprobación del presente proyecto de
ley.
Rubén Giustiniani
. Senador Nacional