jueves, 22 de julio de 2010

Exp.: 4457-S-2008

Fecha: 10/02/09



EXCENCION DEL IMPUESTO AL VALOR AGREGADO A LOS PRODUCTOS

DE LA CANASTA FAMILIAR

ARTICULO 1º: Modifícase la Ley de Impuesto al Valor Agregado, texto ordenado en

1997 y su modificatoria, incorporando en el Titulo II (Exenciones), artículo 7, el siguiente

inciso agregado a continuación del inciso g) :

“ …) La venta a consumidor final de los siguientes productos:

1 - Carnes de las especies de ganados bovinos, ovinos, camélidos y caprinos, animales de

corral y pesacados, frescos, refrigerados o congelados que no hayan sido sometidos a procesos

que impliquen una verdadera cocción o elaboración que los constituya en un preparado del

producto

2-. Frutas, legumbres y hortalizas, frescas, refrigeradas o congeladas, que no hayan sido

sometidas a procesos que impliquen una verdadera cocción o elaboración que los constituya en

un preparado del producto.

3- Granos y legumbres secas

.4- Harina de trigo

5 -Pastas alimenticias

6 . -galletas, facturas de panadería y/o pastelería y galletitas y bizcochos.

7 - Aceites comestibles conforme a la definición establecida en el artículo 520 del Código

Alimentario Nacional

8 - Café, yerba mate y te”

ARTICULO 2º: Se encomienda al Poder Ejecutivo Nacional que, a través de la Secretaría

de Comercio Interior, establezca un sistema de información y monitoreo de forma de

garantizar que las exenciones incorporadas por el artículo anterior tenga un reflejo

inmediato en la disminución de los precios de venta al público de dichos productos.

ARTICULO 2º: De forma



FUNDAMENTOS

La economía capitalista internacional se encuentra atravesando la crisis más grave

de los últimos setenta años. Esta crisis tiene su origen en el sistema financiero y ha sido a

como consecuencia de los excesos cometidos en los mercados de derivados financieros,

especialmente el de hipotecas en los Estados Unidos, que desencadenó un colapso de los

créditos hipotecarios en ese país a mediados del año 2007

En nuestro país, como en todos los países emergentes, se presenta un sombrío

panorama ante esta crisis internacional. El gobierno en primer momento ensayó el discurso

que nuestra economía no se vería afectada por la situación. Así vemos que, a pesar de estar

ya avanzada la misma, no tomó en cuenta este escenario para la formulación del

presupuesto y se negó a discutir sobre bases reales.

Lejos de estar blindada, la economía argentina presenta un grado importantísimo de

fragilidad que la convierte en muy vulnerable frente a esta crisis internacional. Como lo

advirtiéramos en numerosos oportunidades, el Gobierno no aprovechó la bonanza de un

lustro para desarrollar una política económica que siente las bases de un desarrollo

económico y social equitativo y sustentable en el tiempo, sino que por el contrario

profundizó una esquema de ingresos y gastos públicos que cristalizó una estructura

productiva poco diversificada y concentrada y una injusta distribución del ingreso

A medida que la crisis avanzaba y se hacía evidente el impacto en nuestra

economía, el Gobierno ensayó una batería de medidas algunas de las cuales resultan

inaceptables, otras inconducentes a la consecución del objetivo de superar la crisis y otras

inoportunas. El gobierno nacional toma medidas aisladas, que pueden tener mayor o menor

efectividad (y en algunos casos ir hasta en el sentido contrario), pero carece de un plan

económico integral que permita la superación de esta crisis internacional sin hacer recaer su

costo sobre los sectores más vulnerables de la sociedad.

El Gobierno Nacional cae en las limitaciones que ha ido generando en los últimos

años. Ante las perspectivas de una reversión del ciclo económico, es el momento de aplicar

una política anticíclica, expansiva que garantice el nivel de actividad, empleo e ingreso de

la población. Sin embargo, el sostenimiento de un sistema tributario regresivo y

fuertemente centralizado, lo limitan en dicha posibilidad. Los sistemas tributarios cuanto

más profundos son (es decir mayor capacidad de recaudación tienen) y más progresivos

son, resultan una mejor herramienta anticíclica ya que permiten amortiguar y dan más

márgenes de maniobras para afrontar los períodos críticos. Por el contrario, nuestro sistema

tributario resulta fuertemente regresivo (pues se apoya centralmente en impuestos al

consumo) y tiene escasa suficiencia recaudatoria, con lo cual es sumamente rígido y poco

adaptable a los ciclos.

A lo largo de estos años el Gobierno Nacional, en períodos expansivos fue

profundizando la regresividad del sistema tributario y centralizándolo fuertemente. Esto le

permitió obtener cuantiosos superávits fiscales, a costa centralmente de las finanzas

provinciales y municipales que fueron deteriorándose mientras resignaban recursos a favor

de la Nación. Estos superávits no fueron derivados a los fondos anticíclicos establecidos y

que prolijamente fueron suspendidos año a año en las respectivas leyes de presupuesto;

sino que fueron destinados a la cancelación deuda pública y /o alimentando fondos

fiduciarios o especiales de administración más discrecional. Hoy el gobierno debe recurrir a

medidas extraordinarias para hacerse de fondos fiscales (apropiación de fondos de las

jubilaciones, disponibilidad de reservas del banco central, moratoria impositiva, blanqueo

de capitales, etc.), cuando podía haber contado con un fondo anticíclico suficiente para

efectuar política activa, sin resentir otras funciones estatales.

Ante esta situación se agudizan los conflictos y afloran con mayor crudeza las

debilidades del modelo. Frente a esta realidad, se torna urgente contar con elementos de

análisis que permitan evaluar la profundidad que tendrá el impacto de esta crisis en nuestro

país, para diseñar las distintas perspectivas económicas que a corto, mediano y largo plazo

se abren frente a ella

. Un aspecto importantísimo es el de la imperiosa necesidad de garantizar el ingreso

de los sectores asalariados, de ingresos fijos, jubilados y pensionados así como de aquellos

que se encuentran en una situación económica de marginalidad y exclusión. La crisis los

afecta directamente y son los principales perjudicados, hecho que se traduce en los

aumentos que ya percibimos de los índices de desocupación y subocupación, pobreza e

indigencia.

El proyecto presentado es una herramienta que apunta a preservar el ingreso real de

este sector de la población, eximiendo del impuesto al Valor agregado a los productos de la

Canasta Básica Alimentaria y garantizando que dicha exención se traduzca en una efectiva

reducción de los precios de dichos alimentos.

Esta medida, amén de intentar preservar el ingreso de los sectores más afectados,

también es una herramienta que permitirá sostener la demanda interna motorizada por el

consumo de estos productos y la importante producción regional que se motoriza por estos

productos ayudando así a morigerar la disminución de la actividad económica prevista por

la crisis. Por otra parte, permitirá atenuar en parte la profunda regresividad de nuestro

sistema tributario sustentado fuertemente en los impuestos al consumo de los sectores de

bajos y medios ingresos.

Por las razones expuestas es que solicitamos la aprobación del presente proyecto de

ley.

Rubén Giustiniani

. Senador Nacional

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